Tan perdida me encontraba, en un lugar tan oscuro como una noche sin luna. No podía encontrar el rumbo de mi camino y nada tenía sentido. Buscaba desesperadamente una luz, y apareciste, de la nada. Tomaste mi mano, me sonreíste y dijiste: "vení conmigo, te voy a ayudar". Seguí cada uno de tus pasos, confiando plenamente. Comenzaron a cambiar mis sentimientos por vos.
Se sentía tan extraño, como si me desbordara y las lágrimas quisieran salir, pero no de angustia sino de felicidad. Solo los que alguna vez sintieron eso pueden entender a que me refiero. Era una sensación que me ponía nerviosa y a la vez me tranquilizaba. Era tan contradictorio, de eso se trataba, era amor.