domingo, 11 de marzo de 2012

Destino

La luna estaba preciosa, podía ver claramente las pocas estrellas que aparecen en la ciudad, ese fresco viento de verano recorría lentamente mis brazos. Definivamente se podía decir que era una noche hermosa.
Estaba en el lugar indicado, en el momento indicado. El destino volvió dar otra de sus vueltas inesperadas, y esta vez nos puso en el mismo camino. Me presenté y vos hiciste lo mismo sin saber lo que horas más tarde iba a comenzar.
Las cosas empezaron a darse así como si nada, como si ya nos hubieramos conocido de algún otro lugar. Las palabras no dejaban de sonar en mis odios y tu voz era música para mi, pero tu mirada, fue esa mirada la que me atrapó completamente y me hizo ser tuya esa noche. Besaste mis labios de la manera más tierna que jamás lo habían hecho, tomaste mi rostro entre tus manos, y en ese momento ya no existía nada más que vos y yo.
Muchos dirían que estoy loca, pero realmente creo conocerte de algun otro lado, tal vez una vida pasada o algo así. Nose ni siquiera como explicarlo, porque esa sensación no forma alguna de explicarse, solo se entiende si se la experimenta. Pero si puedo decir una cosa, esa noche el destino nos unió.